sábado, 6 de agosto de 2011

El presente del pasado


¿Y si tan sólo fuéramos nosotros dos? Sin nada más, sin nadie más, sin pasado, sin teléfonos, sin mails ni redes sociales; con el presente y un mismo futuro ¡si sólo fuera eso!
Que difícil confiar cuando te han traicionado tantas veces, que difícil hacerle entender a la otra persona que ya no se vale del simple refrán “ojos que no ven….” 
Que por más fuerte que seas por dentro estas hecha trizas, que duele, que ya no se siente de la misma manera.
Que del dolor se aprende y, lamentablemente, no en el buen sentido: ese dolor te aísla, te separa, te traba, te condiciona, te frena.
Le pidió que la esperara. Luego, le pidió que no le mienta. Ya era tarde, esa era la base de su relación.